La mayoría de las reacciones químicas suelen tienen lugar entre disoluciones de los reactivos, ya que, de esta manera, existe un mayor contacto entre los átomos, moléculas o iones que favorece la reacción química.
Aunque existen distintos tipos de disoluciones, vamos a trabajar con disoluciones formadas por una especie química (soluto) disuelta en agua (disolvente).
Para expresar la concentración de una disolución vamos a utilizar la molaridad, es decir, los moles de soluto disueltos en cada litro de disolución:
Aunque existen distintos tipos de disoluciones, vamos a trabajar con disoluciones formadas por una especie química (soluto) disuelta en agua (disolvente).
Para expresar la concentración de una disolución vamos a utilizar la molaridad, es decir, los moles de soluto disueltos en cada litro de disolución:
Molaridad = moles soluto/volumen (L) disolución